“Si alguien se acerca a ti
con un regalo y tú no lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo?”, preguntó un
sabio a un muchacho que le escuchaba.
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-A quien intentó entregármelo, respondió́ el
joven.
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-Pues lo mismo pasa con el desprecio, la rabia y
los insultos, dijo el sabio. Cuando no son aceptados continúan perteneciendo a
quien intentó regalarlos.
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Con frecuencia en nuestra vida diaria nos hacemos
cargo de “regalos” que no deberíamos abrir. Pueden aparecer en forma de
insultos, desvalorizaciones y opiniones negativas hacia nosotros, lo que hace
que nos podamos sentir inseguros y bloqueados ante el ataque que hemos recibido.
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Los “regalos” pueden llegar, pero nosotros
decidimos si los abrimos y nos quedamos con ellos.
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¿Qué sería aceptar el regalo y abrirlo?
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👉🏻Intentar
entender lo que nos han dicho o hecho.
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👉🏻Darlo
por válido y verdadero.
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👉🏻Generar
dudas respecto a nosotros mismos.
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👉🏻Dar
tanto significado a lo ocurrido que nos llegue a generar ansiedad.
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👉🏻Permitir
que la rabia y el malestar se apoderen de nosotros.
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Una vez aceptado el “regalo” es casi seguro que
nos vamos a sentir más debilitados y también que potenciaremos la fuerza del
otro, dándole poder sobre nosotros y nuestras emociones.
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Os invito a hacer una reflexión de esta historia,
para pensar DÓNDE está la verdadera superioridad ante el adversario.
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El mensaje sería algo parecido a “esfuérzate
más, porque no consigues alterarme ni bloquear mi vida”.
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Gracias por estar ahí. Espero vuestras
reflexiones.